por Daniel H. Pérez
En la definición habitual de datos duros, estos se relacionan con factores cuantitativos, objetivos: números fríos, si hay que buscar una palabra. En contraposición a los datos blandos que se refieren a elementos subjetivos, cualitativos: sentimientos, si hay que buscar otra palabra.
Días atrás fue presentado en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UNMdP el Informe Socio-Laboral del Partido de General Pueyrredon donde se analiza el impacto de las políticas económicas sobre el mercado laboral local y nacional durante 2016 y principios de 2017 y se incluye una estimación sobre pobreza e indigencia en Mar del Plata. Esta presentación estuvo a cargo de los investigadores de esa unidad académica Mg. Marcos Gallo y Dr. Eugenio Actis Di Pasquale pertenecientes al Grupo de Estudios del Trabajo (GrET).
Del mismo me he permitido tomar algunos datos duros, objetivos, o sea números fríos, desprendidos de cualquier calificación y/o subjetividad, los que reflejan una realidad incuestionable, insospechada de ser un relato intencionado, ello en función de las fuentes citadas por los autores: INDEC, Encuesta Permanente de hogares, Dirección General de Estadísticas y Censos de CABA., Sistema Integrado Previsional Argentino –SIPA-, BCRA, entre otros.
Vamos a los datos
Datos de desempleo: En el plano local, la desocupación para la ciudad de Mar del Plata en el primer trimestre de 2017 fue del 10,4%, lo cual representa unas 30.000 personas. Con estos valores, Mar del Plata aparece como la tercera ciudad con mayor tasa de desocupación, precedida por Partidos del Gran Buenos Aires (11,8%) y Gran Catamarca (10,8%) y seguida por Gran Rosario (10,3%) y Gran Córdoba (9,6%). Asimismo, la tasa de desocupación del primer trimestre de 2017 en Mar del Plata es prácticamente la misma que la del igual período de 2015, cuando se verificó un desempleo del 10,3%. No obstante, dado que la población económicamente activa (PEA) creció, la cantidad de desocupados es mayor que en 2015.
Hasta aquí nada nuevo bajo el sol, ya que lo reflejado en el informe no difiere mucho a lo concluido en informes anteriores y a lo que los marplatenses tenemos asumido como un problema estructural de nuestro aglomerado urbano. Sin embargo analizar la desocupación por sexo y grupos de edad permite observar cuáles son los grupos de población más afectados y, en consecuencia, una de las causas de las elevadas tasas de desocupación en Mar del Plata.
El informe afirma que las tasas más altas se presentan entre los más jóvenes. Y al comparar Mar del Plata con Argentina, en cualquiera de los grupos, demuestra que la situación local presenta una situación de mayor deterioro.
Esto demuestra que parte de la población marplatense tiene los niveles de desocupación más preocupantes. En efecto: mientras los varones de 30 a 64 años tienen una tasa de 5,7%, muy cercano al 5,1% del total de aglomerados del país, las mujeres hasta 29 años alcanzan el 21,3% frente al 20,1% en total país y los varones de hasta 29 años en el ámbito local exhiben un desempleo del 20,5%, o sea 3,3 puntos porcentuales más que en el total del país.
Luego indica que, en el primer trimestre de 2017, comparado con el mismo trimestre de 2015, en Mar del Plata se observa que: aumentó la proporción de ocupados que busca un trabajo, cayó la proporción de asalariados dentro del total de ocupados y creció la proporción de empleos no registrados en más de 8 puntos porcentuales. Resultado que surge del dato duro: Tasas de desempleo crecientes, falta de oportunidades de empleo para los más jóvenes y aumento de la proporción de empleos no registrados.
Datos de pobreza e indigencia: Advierten los investigados autores del informe que “los cálculos realizados para Mar del Plata fueron efectuados con la nueva metodología que propuso el INDEC en noviembre de 2016, que se diferencia de la anterior tanto en aspectos metodológicos como empíricos. El efecto que generan estas modificaciones es el de incluir a una mayor cantidad de personas en situación de pobreza e indigencia, por ende, los resultados no son comparables con las anteriores valoraciones”.
Los resultados del cuarto trimestre de 2016 dan cuenta de la persistencia de que el 28,6% de las personas de Mar del Plata habita en hogares pobres, lo que representa alrededor de 179.000 personas y que por otra parte, el 6,9% de los marplatenses -cerca de 43.300 personas- habita en hogares indigentes, es decir, que no llegan a cubrir sus requerimientos alimenticios.
Duro el dato, verdad? 28,6 % de los habitantes de Mar del Plata habita en hogares pobres -179.000 personas- de los cuales 43.300 son indigentes. Sin embargo no es el dato más duro.
Agrega el informe que: “a partir de la determinación de los hogares en condición de pobreza se pueden estudiar las características de la población que habita en ellos”, presentando “algunas cifras de Mar del Plata relacionadas con: a)menores y mayores de 10 años en condición de pobreza e indigencia; .. . Siempre con el último dato disponible del IV trimestre de 2016”.
Pobreza infantil:
-El 46,3% de los niños y niñas menores de 10 años habita en hogares pobres (34.500 individuos)
-El 11,8% son pobres indigentes y el 34,5% pobres no indigentes.
Pobreza en habitantes de 10 o más años:
-El 26,3% de los marplatenses de 10 años y más habita en hogares pobres (144.000 personas);
-El 6,3% son pobres indigentes y el 20,0% pobres no indigentes.
He aquí la mayor dureza del dato duro. A la constante de índices de desocupación por encima de la media nacional, debemos agregarle que esos índices adquieren inusitada gravedad al desagregar en el análisis a los jóvenes.
Y si con ello no fuera suficiente, la descarnada realidad nos golpea con 34.500 niños y niñas menores de diez años que habita en hogares pobres, de los cuales casi 8.800 habita en hogares considerados indigentes.
¿A qué nos lleva este dato duro? En primer lugar a no dejar esta información como el análisis de un simple número frío, ya que los jóvenes sin trabajo o con trabajo precario, los niños que habitan hogares pobres o indigentes son semejantes con quienes convivimos en esta comunidad llamada Mar del Plata. En segundo lugar a interpelarnos sobre qué futuro tendrán estos jóvenes y niños sin que su situación se modifique en el corto plazo.
Políticas activas de generación de empleo joven, ampliación de la oferta de puestos de trabajo, estrictos controles del trabajo en negro, un estado presente promocionando políticas de cuidado que faciliten el acceso de la mujer joven al mercado de trabajo, con acciones de contención y resguardo de una niñez en riesgo que, en muchos casos, son hijos de aquellos jóvenes desocupados o subocupados, deberían ser ejes de campaña insoslayables en los próximos meses, ya que la salud de nuestra democracia se ve seriamente afectada cuando no se preserva el derecho al trabajo y un salario digno, así como los derechos inalienables del niño y no se eliminen las desigualdades persistentes que llevan a estos datos duros.
Reflexión final: detrás de cada número hay un ser humano que sufre y padece las consecuencias de una sociedad injusta, inequitativa e insensible, que exalta el individualismo como paradigma de éxito personal. Pongamos sentimiento al dato duro, para que deje de ser tan duro.
(*): Ex Decano Facultad de Cs. Económicas y Sociales UNMDP, ex Secretario de Economía y Hacienda MGP, Integrante de Construcción Popular.